La madre

Sigue rellenando su edredón de aliento
para protegerse del mundo.
Sigue trenzando el cordón umbilical
en su cabeza,
inventándose sobre el caballete de harina blanca.

Sigue tragando palabras de alfileres
que le perforan los ovarios e intestinos.
Su cuerpo solo le sirve para alimentar cuervos.
Sigue lactando sin pechos.

Sigue sin decir una palabra.
Triste
Sola
Lejana.

Comments

T@n¥@ said…
Este es mi favorito, me encanto!

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