La Ciguapa
La Ciguapa lo visitó le exprimió el sexo y la vida. Lo dejó hipnotizado, vuelto un saquito de plumas, perdido en sus ojos de tierra, en su tez de melaza, en la noche que lleva en la cabeza y que le esconde el cuerpo. La Ciguapa lo visitó le exprimió el amor y la vida. Lo dejó con un aullido vivo en el oído. Recondando perros cinqueños, y una luna creciendo sobre el río. La Ciguapa lo visitó, le exprimió el sexo y la vida. Lo dejó en la serranía, enredado en una trenza, recordando perros, pelo, sexo, aullidos, lunas, río.