Observation
Ayer me encontré frente a frente con un caballo de la policia montada.
Me sentí pequeña de estatura y bondad frente a su figura.
Sus ojos eran lo más triste de su cara, todo lo otro hablaba de la felicidad.
Me quedé pensando en lo que habrá visto y qué de esto he visto yo.
No me atreví a tocarlo a pesar de la invitación que me hizo el policia, no porque no quisiera sino porque pensé que no le correspondía hablar por el animal.
Hace unos años fui con mi hija y mi sobrino a un establo de la policia,
tuve la oportunidad de montar uno de los caballos, era altísimo y fuerte.
Aproveché la oportunidad para contarle de los caballos dominicanos,
empecé por Johnny Ventura obviamente, el más grande de todos. Luego le dije de los de Santiago y nos pusimos a llorar juntos.
Me sentí pequeña de estatura y bondad frente a su figura.
Sus ojos eran lo más triste de su cara, todo lo otro hablaba de la felicidad.
Me quedé pensando en lo que habrá visto y qué de esto he visto yo.
No me atreví a tocarlo a pesar de la invitación que me hizo el policia, no porque no quisiera sino porque pensé que no le correspondía hablar por el animal.
Hace unos años fui con mi hija y mi sobrino a un establo de la policia,
tuve la oportunidad de montar uno de los caballos, era altísimo y fuerte.
Aproveché la oportunidad para contarle de los caballos dominicanos,
empecé por Johnny Ventura obviamente, el más grande de todos. Luego le dije de los de Santiago y nos pusimos a llorar juntos.
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